En este audio, podrás escuchar el texto de las Coplas por la muerte de su padre de Jorge Manrique, magníficamente recitado por Manuel López Castilleja.
Como hemos explicado en clase, esta obra puede relacionarse de alguna manera con las Danzas de la Muerte, que se pusieron de moda en la Europa Medieval (no sólo en la literatura, sino también en la pintura, escultura, etc.) a partir del S. XIV, cosa bastante comprensible si pensamos que es la época en que la Peste Negra hizo estragos en Europa:
"En general, todas las investigaciones coinciden en que la Peste Negra y la crisis del siglo XIV cumplieron un papel de fundamental importancia para el desarrollo y difusión del género (de las danzas de la Muerte o danzas macabras). No es casualidad que los primeros testimonios de la Muerte en el arte medieval aparezcan después de 1350. En 1348 la terrible epidemia devastó la población europea. Durante tres años todo el territorio europeo fue víctima de la terrible enfermedad que se denomino Peste Negra debido a las manchas oscuras que aparecían en los cuerpos de las víctimas. El descenso demográfico fue de proporciones nunca vistas en la historia del hombre. En las vísperas de la epidemia la población europea contaba con aproximadamente 85 millones de habitantes; para el año 1400 se había reducido a 45 millones". [...] Las Danzas de la Muerte son una crítica a los hombres y las cosas del mundo político y social, y una representación plástica y literaria del poder igualador de la muerte. Por más desigualdad que haya en la tierra, tanto el rico como el pobre, el Papa, el Emperador y el campesino serán atrapados por la muerte y serán juzgados por igual el día del Juicio Final. El recuerdo constante de la muerte (memento mori) surgió con el fin de enfatizar la igualdad de todos los hombres frente a la realidad de que todos deben morir sin excepción alguna. En la sociedad medieval de marcados contrastes sociales, esto resultaba una advertencia para el poderoso y un alivio para el desamparado. Fuente: María Laura Pérez Gra, en "Gramma Virtual").
En la procesión, cinco esqueletos saltan al son de un tambor, colocados en forma de cruz. Se trata de dos adultos (la Guadaña y la Bandera) y tres niños (dos Platillos, que llevan un plato con ceniza) y el Reloj (que señala un reloj sin manillas). La Muerte avisa que no perdona a nadie (con la bandera), que siega la vida (con la guadaña) y recuerda que a cualquier hora (reloj sin manillas) acabaremos convertidos en ceniza (platillos).
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